Benjamin "Bugsy" Siegel nació en 1905 en los suburbios de Brooklyn, Nueva York, y en su niñez integró la pandilla de Mayer Lansky, quien sería el financista de la cosa nostra. Este gángster "creó" Las Vegas.

Durante muchos años los juegos de azar habían estado prohibidos en casi todo el territorio de los Estados Unidos, pero esto no impidió que en muchos lugares continuasen existiendo de manera clandestina como los casinos ilegales pequeños e incluso de mediano tamaño, hasta que alguien tuvo la idea de construir uno en forma legal.
Perdido en mitad del desierto de Mojave en una remota localidad de Nevadaen, solo coyotes y apenas escasos cactus en kilómetros a la redonda acompañaban a uno que otro habitante del lugar.

Las Vegas en 1895
Terminada la Ley Seca que consistía en la prohibición de expender, fabricar, y hasta importar bebidas, alcohólicas Bugsy (Gusano) tuvo un sueño, y con el apoyo del estado de Nevada cubrió doce hectáreas de desierto con jardines, fuentes y estanques artificiales en donde fundaría la capital del juego legal.

Era el "Flamingo", el primer casino—hotel de Las Vegas, "la ciudad del pecado".

Para comenzar la construcción pidió ayuda económica a Mayers Lansky y a otros jefes de la mafia, y aunque los materiales eran escasos Siegel no miraba la cuenta: sobornó a políticos, jueces, policías... y continuó con el emprendimiento.

Hotel Flamingo en plena construcción
Empezó a describir a sus colegas sus visiones sobre una futura gran ciudad del juego en la que abundarían los grandes casinos y hoteles, repletos de lujos y atracciones, y donde habría cientos de miles de personas, y aquello, desde luego, excitaba la imaginación de los implicados.

El presupuesto inicial de un millón de dólares (unos doce o trece millones de euros actuales) que Siegel había considerado suficiente para la terminación del Flamingo empezase a aumentar con el paso de los meses.

Primero se disparó hasta dos millones. Luego hasta tres. Siegel empezó a rascar fondos de donde pudo, incluyendo sus propios bienes, pero al final tenía que recurrir una vez más a sus socios de la mafia.

Los socios criminales de Siegel se encontraron con un dilema. Tenían un lujoso hotel-casino a medio construir, y dejarlo a medias suponía perder lo invertido.
Terminarlo implicaba invertir todavía más. Al final consideraban que la segunda opción era el mal menor, ya que siempre estaba la posibilidad de que el Flamingo se convirtiese en un gran negocio, como había sucedido con las apuestas hípicas.

El "Flamingo" aún no estaba terminado. Pero "Bugsy" no aguantaba más y el 26 de diciembre de 1946 abrió las puertas.


Pero todo salió mal: las fuentes de la entrada no tiraban agua, el letrero de neón —que debía verse desde el desierto— sólo brilló unos segundos y las celebridades de Hollywood que contrató quedaron varadas en el aeropuerto de Los Angeles por una tormenta repentina.
Esa noche, perdió 350.000 dólares.
Invitaciones para el Flamingo
Así, la gran noche del Flamingo resultó ser un acto desangelado en el que un disgustado Siegel vio el lujoso hall del hotel vacío, con casi más empleados que visitantes.

La deprimente estampa se repitió durante varios días más, y al cabo de dos semanas, se cerró el hotel para proceder a terminar las obras y lanzar una campaña publicitaria que permitiese atraer a un público más amplio.
Siegel, no cabe duda, debía de comprender que unos cuantos jefes mafiosos querían verle muerto, y lo que quizá no sabía que le tenían por ladrón, pero aun así debía mucho dinero y no parecía sentirse seguro, puesto que supervisando las obras —cuyo costo llegó a alcanzar los seis millones, frente al millón planeado meses atrás— había levantado las sospechas de los mafiosos inversores.
Allí, además de puertas blindadas, disponía de un ascensor privado con el que podía acceder al garaje, donde le esperaba un coche preparado para emprender la huida en situación de emergencia, y durante las veinticuatro horas del día había chóferes haciendo turnos, por si acaso.
Los dos únicos motivos por los que quizá mantenía la esperanza era confiar en que la segunda inauguración del Flamingo sí fuese exitosa, y también que sus amigos Lansky y Luciano le defendiesen todavía ante los socios más enfurecidos.

Meyer Lansky

Lucky Luciano
Pero las cosas estaban peor de lo que él imaginabam y Lansky creía que Siegel se había quedado dinero y estaba convencido de que en algún momento Bugsy trataría de salir de los Estados Unidos.
No parece que Lansky o Luciano quisieran verle muerto, pero según las reglas mafiosas, pensaban que la ejecución resultaba inevitable. En otras palabras: lo supiera Bugsy o no, ya nadie en la mafia le apoyaba.
El Flamingo volvió a abrir las puertas en marzo de 1947, con otra filosofía más dirigida a un público más amplio, aunque el personal conservara la apariencia elegante y la suntuosa sofisticación continuase siendo un reclamo distintivo.

Esta vez el hotel sí atrajo un buen número de visitantes. Dos meses después había arrojado ya unos beneficios que superaban el cuarto de millón de dólares.

A ese ritmo, la inversión podía ser amortizada en unos cuatro o cinco años y Siegel comenzó a sentirse más seguro. Regresó a Los Ángeles, y creyendo que sus problemas iban a terminar, el 20 de junio fue tiroteado por un francotirador a través de una ventana.
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Su novia Virginia Hill, que estaba en París cuando todo sucedió, se desmayó al escuchar la noticia de que Bugsy había muerto. Había ido a Francia con el propósito de comprar un cargamento de vino para el hotel (aunque parece que tenía un amante allí).

Decidió no regresar a los Estados Unidos, temiendo que ella sería la siguiente, pero un sicario de Luciano la localizó mientras paseaba por la capital francesa y la obligó a hablar por teléfono con su antiguo novio Joe Epstein, quien le «aconsejó» que se comprometiera a devolver su parte de la deuda como pudiera.

Poco más tarde, Virginia Hill se casó con un esquiador austríaco y en 1950 tuvo su primer hijo. Parece que continuó trabajando para la mafia y se quedó de manera definitiva en Europa por una deuda con la Hacienda estadounidense.

Se separó, desarrolló un fuerte alcoholismo y pasó varios años pidiendo dinero a sus antiguos amigos gánsteres.
En 1966 la encontraron sentada junto a un árbol, bajo la nieve; llevaba dos días muerta, su abrigo estaba colgado de una rama y junto a ella había una nota que decía "la vida no es una pelea esperando que pase la tormenta, hay que aprender a bailar en ella"

La autopsia reveló que había ingerido veinte pastillas somníferas. Aunque se especuló mucho sobre su muerte, nadie demostró que se hubiese tratado de un asesinato. El informe policial decretó que había sido un suicidio.

A mediados de los años 80 la mafia abandono el negocio en favor de las grandes corporaciones que son las que rigen hoy dia no solo la ciudad,sino, los casinos levantados en otros países.

El el 2006 Las Vegas fue superada por Macao (una Ciudad China) como "mayor ciudad para el entretenimiento" , otorgándole el primer lugar como el centro de juego más grande del mundo.

Comentarios Destacados
Que grande Fredo, se enfiestaba a dos meseras a la vez
46 comentarios - El gángster que "creó" Las Vegas, asesinado por sus socios
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esta es mejor
+10
Alta zorra internacional
+2
link: https://www.youtube.com/watch?v=fPO76Jlnz6c
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Y la información es una "síntesis" de sueltos de prensa, citas de libros y películas.
Huele a kosher.