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Es una pareja de jóvenes chinos que se conocieron en un cibercafé. Los denunció la abuela de los nenes.



Dicen que no sabían que estaba haciendo algo malo. Pero es difícil creerles. Una pareja de jóvenes chinos fue detenida en la ciudad de Dongguan por haber vendido a sus tres hijos para conseguir plata para videojuegos.

Así lo informó el diario de esa ciudad, al sur del país, el Sanxiang City News. Según el periódico, la pareja se conoció entre juego y juego en un cibercafé en 2007. Allí, descubrieron que tenían la misma pasión por los videogames en red y surgió el amor. Un año más tarde, nació su primer hijo. Los dos tenían menos de 21 años.

Días después del nacimiento, Li Lin y Li Juan se fueron a 30 kilómetros de su casa -en donde dejaron al chiquito solo- para entregarse a la pasión: los jueguitos online. Así, cuidaban a su hijo.

Dos años más tarde, volvieron a ser papás. Esta vez, nació una nena, una calamidad en ciertas culturas. Allí, se les ocurrió una idea: venderla. Les pagaron 3.000 yuanes (menos de 500 dólares).

Después, se dieron cuenta de que podían hacer mucho más dinero y vendieron a su hijo mayor por una suma diez veces superior: 4.660 dólares o 30 mil yuanes, mucho más de lo que gana en promedio al año un trabajador del sector privado en China.

Según la Oficina de Estadísticas y Censos de China, el salario medio anual de los trabajadores del sector privado fue de 20.759 yuanes en 2010.

Desesperados por conseguir más plata, un tercer bebé corrió la misma suerte. Lo vendieron al mejor postor que también pagó otros 30 mil yuanes.

La madre de Li Lin fue la que dijo basta. La mujer se escandalizó cuando supo lo que había hecho su hijo y su nuera y los denunció a la Policía.

En la comisaría les preguntaron si no extrañaban a sus hijos. La pareja respondió con frialdad: "No queríamos criarlos. Sólo queríamos venderlos por algo de plata". Necesitaban el dinero para financiar las suscripciones y la compra de objetos en sus interminables partidos.

Según el diario que dio a conocer la noticia, los novios no sabían que estaba prohibido vender sus hijos.