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Murió el preso que fue brutalmente golpeado por agentes penitenciarios

Se trata de Raúl Abel Sánchez de 31 años que se encontraba internado en el hospital Escuela desde el pasado 16 de enero. Los familiares de la víctima y la Red de Derechos Humanos pidieron que los responsables de la salvaje golpiza sean exonerados de la fuerza.



Ayer al mediodía falleció en el Hospital Escuela Raúl Abel Sánchez de 31 años. El preso que se encontraba internado desde el pasado 16 de enero por las graves lesiones sufridas al ser brutalmente golpeado en la cárcel de San Cayetano.
Sánchez, que estaba cumpliendo una condena por homicidio impuesta por la Cámara de Mercedes, fue hospitalizado, en terapia intensiva, con traumatismo craneoencefálico y asistencia respiratoria. Sus familiares no fueron notificados por el Servicio Penitenciario acerca de su internación. Su mujer, embarazada de 4 meses, y su hermana lo supieron a través de la madre de otro de los condenados que también sufrieron una dura golpiza.
A través de un comunicado de prensa los familiares y la Red de DDHH responsabilizan “sin margen de dudas al servicio penitenciario provincial, (celadores, oficiales y grupo ETOP que esa noche participó de la golpiza), a las autoridades penitenciarias y del ejecutivo provincial, que avalan discursivamente esta escalada de violencia represiva; y exigen una exhaustiva investigación judicial, con actuaciones acordes con la gravedad institucional de estos hechos, que sean identificados los responsables y exonerados de la fuerza, para evitar que haya mas muerte y violencia en manos penitenciarias”.
En comunicación con El Litoral Hilda Presman referente de Derechos Humanos manifestó que, “seguramente ahora la carátula del caso tendrá que ser la de homicidio. Queremos que se determine la responsabilidad de quienes dieron la orden de reprimir y quienes fueron los ejecutores de la golpiza. Nos preocupa que no se avance en la investigación. Desde el 30 de enero en que se radicó la denuncia por tortura y apremios ilegales ante el fiscal en feria doctor Buenaventura Duarte, se siguen pidiendo informes y no se eleva la causa al Juzgado”.
“Se necesita rigurosidad en la investigación y que los penitenciarios asesinos que mataron a patadas a Sánchez sean expulsados de la fuerza. Hay tres oficiales que ya están identificados y sabemos que uno de los involucrados hace cinco años que se lo viene denunciando por ser un golpeador. Aparte están los agentes del Equipo Táctico de Operaciones Penitenciarias (ETOP)”.
“Los golpeadores son penitenciarios de la Unidad Penal N1 pero que prestan servicio en el anexo de condenados de la Unidad Penal N6. Tenemos información de que los involucrados en la golpiza, ya no están prestando más tareas. Queremos que esto no quede nomas en un mero traslado, queremos su exoneración”, finalizó Presman.
Por su parte Roxana Sánchez, hermana del preso muerto, precisó a este medio que “no me voy a quedar con los brazos cruzados. La atención en el hospital Escuela fue muy mala. Lo pasaron a una sala común y no estaba en buen estado de salud. Lo trataron como un trapo sucio y a mí me tuvieron como una pelotita. De acá para allá sin darme explicaciones de nada”.
“Hasta ahora no tenemos el historial clínico y por eso pedimos que se la haga la autopsia. No vamos a dejar que esto quede así. Era un ser humano no un animal. Raúl estaba pagando por lo que hizo. Fue un ensañamiento total en su contra. En ningún momento se recuperó como decían. Finalmente pagó con su vida lo que hizo”, sostuvo Marcela Godoy que crió desde chico a la víctima en la localidad de Mercedes.

El caso
De acuerdo a la pesquisa, el hecho se produjo en la madrugada del 15 de enero en la Unidad Penal N6.
Uno de los testigos de la violenta tortura que sufrió Raúl Sánchez es Damián Barrios de 30 años que se encuentra alojado en el mismo pabellón. Por intentar frenar los apremios también fue agredido con salvajismo en el sector de enfermería, según relató su madre, Patricia Barrios.
Todo comenzó alrededor de la 1 de la madrugada cuando agentes del ETOP agarraron a Sánchez y comenzaron a pegarle. Ante el ensañamiento con el que actuaron los penitenciarios, los reos que estaban presentes empezaron a pedirles que cese la golpiza. Por entrometidos otros presos también fueron golpeados con salvajismo.