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Los descubrimientos científicos, en más de una ocasión, se producen de una forma casual, sin que su logro tenga nada que ver con el objetivo inicial del experimento.

Algo así es lo que les ha ocurrido a un grupo de científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) que investigaban los efectos de una dieta a base de yogur en ratones de laboratorio.

Concretamente, y según podemos leer en la bitácora “Tec.nología.com”, el objetivo de los investigadores era determinar el impacto que este tipo de dieta podría tener en la cantidad de grasa corporal de los roedores. Para ello, mezclaron la comida habitual de los ratones con yogur de vainilla.

Tras un tiempo alimentándolos de esa forma, descubrieron que el pelo de los ratones se volvió diez veces más fuerte, sedoso y más brillante que el de aquellos que no habían estado comiendo yogur. Pero este no fue el único resultado del experimento, ya que los científicos del MIT observaron un efecto secundario mucho más curioso y llamativo: los ratones comenzaron a andar de forma extraña y arrogante. Con gran sorpresa, los investigadores descubrieron que este comportamiento se debía a un crecimiento anormal de los testículos.

Al parecer, debido a la acción de los microbios probióticos contenidos en los yogures, los testículos de los ratones alimentados con este producto lácteo aumentaron en un cinco por ciento respecto a los de los ratones que mantuvieron su dieta normal y un quince por ciento en comparación con los que consumieron una dieta basada en comida basura.