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Hilder Lino Céspedes, “El Químico”, es un ex recluso especializado en la elaboración de camuflajes para ocultar la droga. En esta ocasión convirtió en líquido 1.3 toneladas de clorhidrato que aplicó en el interior de enormes tubos. La policía ya lo estaba siguiendo. Destino de la carga era México y valía US$ 40 millones.



Es un narco que no escarmienta. Hace dos años, Hilder Lino Céspedes, conocido como “El Químico”, salió de la cárcel de Huánuco por el delito de tráfico ilícito de drogas. Ayer, otra vez fue apresado por agentes de la Dirección Antidrogas (Dirandro) en Tingo María. No cayó solo, sino junto a otros 16 miembros de una organización internacional de narcotráfico que estaba a punto de exportar 1,300 kilos de cocaína con destino al puerto Manzanillo, en México.

Al salir de prisión, Lino se puso a disposición de los poderosos carteles aztecas.

La labor de “El Químico” consistió en fabricar tubos de gran dimensión con clorhidrato de cocaína mezclada con una solución para que quedara impregnada. Luego era camuflada con una mano de esmalte negro. Cada tubo contaminado tenía un peso de 170 kilos de cocaína.



Esta vez se le encargó fabricar y 'enmascarar' con plástico 8 tubos de 11 metros de largo por 35 de diámetro y 1.5 pulgadas de grosor, los cuales formaban parte de un lote de 128 unidades que la empresa Nedo International iba a despachar a puerto Manzanillo, para luego enrumbar al continente europeo. La mercancía está valorizada en 40 millones de dólares, según la Dirandro. Nedo International es una empresa de fachada constituida por los narcotraficantes.

El hombre clave para desarticular esta mafia internacional fue precisamente “El Químico”, a quien se le hizo el seguimiento desde enero de este año, cuando agentes de inteligencia del “Grupo Orión” de la Dirandro lo detectaron coordinando en Miraflores con ciudadanos extranjeros identificados como Nelson Dobbins Rebello, de nacionalidad brasileña, y financista de la organización criminal. También mantuvo encuentros con el mexicano José Ríos Pérez, quien se encuentra en condición de prófugo.

El hilo de la madeja
Hilder Lino Céspedes, nacido el 22 de noviembre de 1977 en el distrito de Rupa Rupa, provincia de Leoncio Prado, en Huánuco, no era nuevo en el negocio del narcotráfico. Según reportes de la Dirandro, tiene un amplio prontuario por el mismo delito. Es decir, “El Químico” era un hombre muy requerido por las mafias de la droga por su habilidad para camuflar cantidades industriales de cocaína.

De acuerdo con fuentes antinarcóticos, Hilder Lino no actuaba solo, sino con la complicidad de sus paisanos Jorge Cáceres Eugenio, “Coco”, representante de la organización en el Perú; Elmer Otárola Reátegui, “Negro Claudio”, el coordinador; y sus hombres de confianza eran Edison Sabino Caruzo, Félix Caruzo Ordóñez y Arvey Vásquez Céspedes y Julio Bardales Caruzo. Ellos lo ayudaban en la elaboración de la cocaína.

Todos fueron capturados durante el megaoperativo “Sipán” desarrollado simultáneamente en Lima, Tingo María y Huánuco.

También cayeron Patricia Tuesta Briceño, gerente general de la empresa de fachada Nedo International, cuyo primer envío fue en mayo. Creada el 14 de octubre del 2016, la finalidad de esta 'empresa' era exportar materiales de construcción, según el rubro que figura en los registros públicos.

Viaje al origen
De acuerdo con las fuentes antidrogas, la cocaína provenía de la zona de producción del valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), exactamente de la localidad de Llochegua, ubicada en la provincia de Huanta, en Ayacucho. Luego, el alijo fue transportado hacia Lima por Ever Yaranga Araujo y Wilmer Calderón Trujillo, “Zaperoko”, hasta los inmuebles ubicados en Punta Hermosa y la Asociación Agropecuaria Súmac Pachas, en Lurín, donde acopiaban el estupefaciente.

Una vez que los agentes antinarcóticos identificaron a “El Químico”, sus números telefónicos fueron “pinchados” (intervenidos) por el sistema Constelación, bajo autorización judicial.

Los diálogos interceptados confirmaron que Hilder Lino preparaba la exportación de un cargamento de cocaína, según la siguiente transcripción de un diálogo con Jorge Cáceres:

-Hilder Lino: “Ya sacaron 19 (kilos de droga), tenemos que sacar otro tanto. Hay que seguir viajando (al Vraem) para completar, si no estamos jodidos. La gente (el cartel mexicano) está que presiona”.

La policía determinó que Hilder Lino y sus ayudantes elaboraban la droga en el inmueble de la zona de Súmac Pachas en Lurín, donde funcionaba como laboratorio. Ahí “El Químico” procesaba la cocaína para camuflarla dentro de la estructura de los tubos para evitar ser detectados por los perros antidrogas.

En otra conversación se escuchó lo siguiente de boca de “El Químico”:

“Ya están los adoquines (tubos con droga), no se olviden de darle el brillo (poner el esmalte). Hagan como dijo el profesor, en caliente, como los cafetaleros donde Evo (Bolivia) les enseñó”-

Golpe al narco
La casa de Lurín era custodiada por Ruty Gutiérrez Bañón, Yessica Caruzo Ruiz y Katerine Rodas Villanueva. Todas están detenidas.

Una vez que la droga era acondicionada en los tubos, estos eran trasladados hasta un almacén en el Callao y luego internados en un contenedor, listo para la exportación.

El 15 de febrero de este año, la Dirandro pidió a la Fiscalía de Crimen Organizado el levantamiento de las comunicaciones de 5 teléfonos celulares que eran utilizados por importantes miembros de la mafia de la droga. El 27 de abril se iniciaron las escuchas judicializadas mediante el sistema Constelación con un exitoso resultado.

El primer número telefónico interceptado fue el de Hilder Lino Céspedes, quien condujo a la identificación de otros integrantes peruanos de la organización criminal que se dedicaban al acopio, transporte, procesamiento y exportación de la cocaína.

También pudo ser reconocidos el financista Nelson Dobbins, nacido en Brasil el 10 de junio de 1959, así como el mexicano que era el enlace con el cartel de su país, José Ríos Pérez, nacido el 6 de setiembre de 1957.

El 13 de octubre último, Nelson Dobbins y José Ríos sacaron la droga de Lurín y la trasladaron en un camión a los almacenes del Terminal Portuario Peruano (TPP), donde la acondicionaron en un contenedor con destino a México.

Según el reporte de la Dirección de Migraciones, Nelson Dobbins Rebello ingresó al Perú por primera vez el 8 de octubre del 2016 y salió el 18 de diciembre de ese año. Nuevamente retornó el 17 de febrero del 2017 y volvió a salir el 3 de marzo. Su último ingreso al país fue el 5 octubre.

De igual manera, el mexicano José Ríos, según su reporte migratorio, tiene 5 ingresos al Perú.

Todo indica que llegó a despachar anteriores embarques.