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El presidente de Indonesia revela que cree en la brujería



Debido a la crisis global a la que se encuentra sometido nuestro mundo, ha habido un auge de ciertas prácticas relacionadas con el ocultismo como la brujería, que sigue siendo una práctica cotidiana en gran escala. La brujería se revela sobre todo en los casos en que la parte ofensiva ha estado amamantando a un duelo durante mucho tiempo sobre alguna observación dolorosa por el oponente del practicante o ambiciones desmedidas.

En la actualidad ya se practica en los círculos empresariales, entre los trabajadores de las oficinas y sobre todo entre los miembros de la escala social más alta. Recientemente, se dio a conocer que la nueva presidenta del Consejo Municipal de Nueva York, Melissa Mark-Viverito, fue demanda por su antigua rival política alegando la práctica de rituales de vudú. Ahora los principales medios de comunicación afirman que el presidente indonesio Susilo Bambang Yudhoyono ha reconocido públicamente que él cree en la brujería.

Brujería en la presidencia de Indonesia

En marzo del pasado año el gobierno indonesio sorprendió a la opinión pública por su controvertida ley del Código Penal, la cual castiga a la brujería para proteger a todas las personas contra el fraude y el engaño. Debido a la aplicación de esta ley el gobierno fue duramente criticado por la oposición, quienes argumentaron que viola los derechos fundamentales de las brujas y videntes.

En virtud del artículo 293 de la ley contra la brujería, “todo el que cree que tienen poderes mágicos, informando de dichas capacidades, la oferta de servicios que pueden causar la enfermedad, la muerte, el sufrimiento mental o físico a alguien, puede ser sancionado con cinco años de cárcel o una multa de RP 300 millones (22.500€)”.

Pero muchos expertos dijeron que esta ley confirmaba la existencia de la brujería y que realmente ocultaba algo más. Y parece que sus teorías se han cumplido, ya que al parecer esta controvertida ley fue creada para proteger a su presidente.

Susilo Bambang Yudhoyono, se ha convertido en el primer presidente de Indonesia en reconocer públicamente que él cree en la brujería. El presidente Yudhoyono describe sus encuentros con la magia negra en sus memorias publicadas recientemente.

“De repente, mi esposa gritó”, escribe Yudhoyono en sus memorias. “Selalu Ada Pilihan (siempre hay una elección)”. “Había una espesa nube negra bajo el techo, tratando de entrar en mi dormitorio. Entonces les dije a todos que oraran para buscar la ayuda de Alá. Cerré la puerta de mi habitación, pero dejé que otras puertas abiertas de par en par. Las nubes giraron y finalmente se dirigieron al exterior de mi casa”.



Y aunque en Indonesia la brujería está prohibida, la práctica está muy extendida entre sus habitantes, que tiene la mayor población musulmana de todo el mundo.

“Mucha gente en Indonesia, incluyendo sus principales dirigentes, consultan a adivinos y videntes acerca de sus carreras, fortunas y matrimonios”, explica Endy Bayuni, editor de The Jakarta Post.

Sin embargo, es la primera vez que un presidente comparte esta información públicamente, un hecho sin precedentes. Pero lo más sorprendente es que el presidente Yudhoyono vive en su residencia privada, no en el palacio presidencial del siglo XIX, ya que considera que esta embrujada.

Pero las historias relacionadas con el presidente Yudhoyono y la brujería no acaban aquí. Según WikiLeaks, en septiembre de 2010, Yudhoyono no acudió a una reunión en los EE.UU. junto con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático celebrada en el marco de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, debido a “rumores de brujería en el palacio”.

La nueva inquisición

Pero detrás de esta noticia podría ocultar algo más que una simple revelación. En este punto debemos recordar como el primer ministro británico, David Cameron, llamó la atención de la opinión pública por su decisión de crear un servidor de seguridad en todo el país que bloquea el acceso a las páginas relacionadas con el esoterismo.

La censura del “material esotérico” plantea grandes preguntas acerca de la libertad religiosa, y la incursión en los derechos de las personas sobre su decisión sobre las creencias religiosas. Parece ser que la nueva inquisición ha llegado a nuestros días, volviendo a interferir en todos aquellos que desena saber más allá de las imposiciones por parte de los gobiernos.