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Un nuevo estudio publicado en The Lancet sostiene que las dietas altas en grasa poseen un menor índice de mortalidad que aquellas altas en hidratos de carbono.


La guerra de la nutrición continúa, y somos testigos de un nuevo estudio que promete remover y mucho las cabezas de los nutricionistas. ¿Es mejor consumir más o menos proteína? ¿Y qué hay de las grasas y los hidratos de carbono? Mientras nadie parece ponerse de acuerdo, un nuevo estudio publicado en The Lancet sugiere que se revisen las pautas nutricionales, ya que las dietas altas en grasa poseen una menor mortalidad que las altas en carbohidratos. Si es que hubiere un nuevo consenso, habría que darle una vuelta a la pirámide nutricional, que asegura que lo primordial a la hora de comer es pan, patatas, pasta, cereales o arroz, por encima incluso de verduras y hortalizas.


De hecho, los autores del estudio ya pone de manifiesto las pocas certezas que tiene la nutrición de hoy en día: “La relación entre los macronutrientes y las enfermedades cardiovasculares y la mortalidad es controvertida. La mayoría de los datos disponibles son de poblaciones europeas y norteamericanas donde el exceso de nutrición es más probable, por lo que su aplicabilidad a otras poblaciones no está clara”, dicen.

Para la investigación, participaron 135.335 individuos de entre 35 y 70 años de edad provenientes de 18 países distintos, y el seguimiento medio que se les hizo fue de 7,4 años. Se evaluaron las asociaciones entre consumo de carbohidratos, grasa total y cada tipo de grasa con enfermedad cardiovascular y mortalidad total.

Durante el seguimiento, documentaron 5796 muertes y 4784 eventos de enfermedad cardiovascular. La mayor ingesta de carbohidratos se asoció con un mayor riesgo de mortalidad total, y la ingesta de grasa total y de cada tipo de grasa se asoció con un menor riesgo de mortalidad total. Una mayor ingesta de grasas saturadas se asoció con menor riesgo de accidente cerebrovascular. La grasa total y las grasas saturadas e insaturadas no se asociaron significativamente con el riesgo de infarto de miocardio o mortalidad por enfermedades cardiovasculares.

Sin duda, este estudio pone de manifiesto lo equivocados que hemos estado durante décadas con las grasas, culpándolas injustamente de provocar colesterol alto y mayores riesgos para la salud. De hecho, los autores del estudio proponen que “las pautas dietéticas globales deberían reconsiderarse en base a los resultados”.