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El estrés se refleja en la mayoría de los aspectos de nuestro cuerpo y nunca de manera positiva. Incide directamente sobre nuestras hormonas y, por lo tanto, influye en el ciclo menstrual alterando su curso natural. El principal síntoma que produce es el retraso del periodo aunque no el único.

Efectos del estrés en la menstruación

Cansancio y somnolencia durante todo el día, aunque hayamos dormido las horas aconsejadas.

El dolor en la parte baja del abdomen en el periodo premenstrual se ve aumentado si sufrimos estrés, lo mismo ocurre con la hinchazón.

Ciclos irregulares. El estrés, los nervios y la ansiedad pueden alterar el ciclo provocando oligomenorrea, que significa tener menstruaciones escasas y poco frecuentes, pudiendo pasar 90 días entre una y otra.

Amenorrea, que consiste en la ausencia de la menstruación, bien porque no la hemos tenido aún o bien porque, una vez con ella, dejamos de tenerla. Normalmente, el estrés causa el segundo tipo, lo que se denomina amenorrea secundaria.

La Ginecobstetra y especialista en ginecología estética Maryory Gómez explica “Los nervios, ya sean de manera puntual o continuada, pueden agravar los síntomas del síndrome premenstrual, entre los que se incluyen la sensación de hinchazón, retención de líquidos, irritabilidad, cambios de humor y migrañas, ya que Las hormonas de los ovarios siguen instrucciones de la hipófisis, situada en el cerebro, es por ello por lo que, lo que ocurre en el sistema nervioso influye en nuestro ciclo”.

De igual manera el Virus del Papiloma Humano (VPH) es de las infecciones sexuales más comunes en las mujeres y el principal factor de desarrollar cáncer cervicouterino si no se atiende oportunamente.

Muchos son los tratamientos enfocados en atender la infección, pero además de los fármacos, y estudios indican que el estrés y la depresión juegan un papel muy importante en esa lucha.

De acuerdo a la Dra. Gómez sumado a estas complicaciones hormonales, una de las más afectadas es la gestación “el embarazo que es una de las etapas de la vida en la que hay que prestar especial atención al estrés, ya que el exceso de ansiedad puede afectar al desarrollo del feto, hasta el punto de retrasar su crecimiento. Y en el caso de aun no estar embarazada esta situación puede llegar a bloquear la ovulación y, por lo tanto, reducir las posibilidades de concepción”.

Entre las recomendaciones más importantes para mejorar esta situación es realizar ejercicios, alimentarse de una manera sana, cumplir con las horas de sueño y de presentar alguno de estos síntomas visitar al especialista