Romero:
Corta las ramas que ya tengan de 10 a 15 cm, luego quita las hojas de la parte de abajo, colócala en un vaso lleno de agua hasta la mitad, deja en un lugar soleado.
Cambia el agua cada dos día. Cuando la raíz haya llegado a 2 cm es el momento de replantar, recuerda siempre tenerla en un lugar soleado.
Cebollín:
Vas a cortar tanto la parte blanca como un poco de la parte verde, luego vas a colocarla en un vaso cubriendo 2 cm de la parte blanca, cambia el agua todos los días.
Déjala en un lugar soleado. Tan pronto como las raíces hayan salido es el momento para trasplantar a suelo fértil y con drenaje.
Apio:
Cuando termines con el apio no botes su tallo ponlo en agua, dentro de un plato y en un lugar donde le de el sol, siempre con los tallos hacia arriba y remojelos un poco.
En una semana empezará a florecer en el centro unas flores amarillas y luego serán verdes, replanta la base del apio a una maceta y cubre de tierra fértil sin cubrir las hojas.
Bálsamo de limón:
Corta algunos tallos, ponlos en agua hasta que las raíces se asomen, esto podría tardar dos semana aproximadamente, luego llévalas a suelo fértil, debe regarse con frecuencia.
Puerro:
Corta la parte de la raíz que queden unos 5 cm, usa un recipiente no muy profundo con agua, cuidado para que no se evapore y se reseque, dejalo en luz natural.
Cada dos día cambiale el agua, luego de una semana replanta en una maceta con tierra fértil.
Rúcula:
Esta planta no requiere mano de obra para transplantar, en los supermercados la vende con raíz, solo quítale hojas y planta las raíces en una maceta con 2 cm de tallo fuera.
Lechuga:
Coloca el tallo de esta verdura en un recipiente con agua después de lavarla bien, deberás cambiar el agua cada dos días y necesita mucha luz natural.
Albahaca:
Corta las ramas y retira las hojas de abajo y mételo en un vaso con agua el la ventana para que reciba luz del sol, luego de unas semanas se formará la raíz.
Cuando esto suceda puedes transferirlo a tierra con drenaje, para que crezca libremente y puedas usarla.
Cebolla:
Quita la parte de abajo de la cebolla con un cuchillo, para usar la raíz de la misma, ponla en una maceta con tierra húmeda y listo, no hay nada más sencillo.
Menta:
Corte los tallos que estén más sanos, quita las hojas de la parte inferior y ponlas en un vaso con agua hasta que nazcan las raíces, recuerda que necesita mucho sol.
Cuando aparezcan las raíces pásala a una maceta con tierra que tenga drenaje, nunca dejes la tierra seca porque esto podría ocasionar que se marchite.