Que tal amigos? seguramente llegaron a este post debido a que son fanaticos de la serie Lie to me, si estan interesados en aprender sobre lenguaje no verbal, microexpresiones llegaron al lugar indicado, aqui postearemos información al respecto. Saludos, espero sea de utilidad.
Paul ekman, psicologo en el que se inspira la serie “lie to me”
En la serie de televisión “Lie to me” el protagonista es un experto en detección de mentiras a partir de la lectura de ciertos gestos faciales y actitudes corporales. Lejos de la ficción, el guión se basa en los trabajos que el psicólogo norteamericano Paul Ekman realiza desde hace casi 50 años. PERFIL habló con él acerca de su tarea y de sus sensaciones a la hora de ver su trabajo reflejado en la pantalla. Cómo hacer para desenmascarar a los mentirosos.
Ocurre que el trabajo de Lightman se inspira en los descubrimientos de Paul Ekman, un reconocido psicólogo norteamericano –de carne y hueso–, que desde hace casi 50 años intenta desentrañar la expresión y la fisiología de las emociones (creó el primer sistema para “leer” lo que dice un rostro más allá de las palabras) y que también se interesó por ahondar en qué hay detrás del engaño. PERFIL habló con él sobre sus investigaciones y para saber qué hay de cierto en las capacidades que despliega el actor Tim Roth en la ficción.
“El 80% de lo que se muestra en la serie se basa en estudios científicos que yo he realizado”, reconoció Ekman, quien además asesoró durante un tiempo a los guionistas y productores. Sin embargo, no se termina de identificar con el personaje central de Lie to me. “El es mucho más seguro de lo que yo alguna vez fui y resuelve los problemas mucho más rápido: en los apenas 42 minutos que dura un programa”, se rió. Y agregó: “Además, es mucho más arrogante que yo y no le importa mentirle a la gente con tal de obtener la verdad. Yo no estaría dispuesto a eso. Conozco al actor y me cae muy bien, pero lo cierto es que interpreta a alguien con una personalidad muy diferente a la mía”.
http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0397/articulo.php?art=16642&ed=0397
Nacido en i934, su fascinación por la expresión facial surgió a través de la fotografía. Armado con su cámara Argus C-3 cuando sólo era un niño, retrataba a los vecinos de su barrio, en la periferia de Nueva Jersey. “Quería comprender a la gente de una forma visual e intuitiva”, recuerda. “Mi familia era muy visceral, había mucha ira. Mi madre sufría trastorno bipolar y caía en frecuentes depresiones, y a mí me castigaban por decir lo que sentía. En muchas ocasiones mi madre se enfadaba porque me gustaba gesticular y me reprochaba que la cara se me iba a quedar deformada para siempre por tal motivo. Se suicidió cuando yo tenía i4 años. No vivió lo suficiente para ver que la movilidad de mi rostro se convertiría en una útil herramienta científica y que me ganaría la vida explorando esos gestos”.
Del CAPITULO 1
Un muchacho conversa con su novia y le dice cuánto le agradan sus futuros suegros y lo contento que está de pasar las vacaciones con ellos, mientras que al mismo tiempo hace un gesto facial de tristeza, que encubre con una sonrisa. El gesto de tristeza consiste en la elevación involuntaria de los extremos internos de las cejas, creando arrugas en el centro de la frente. En este caso, la manifestación de la tristeza contradice la alegría expresada con palabras (y con la sonrisa encubridora), y manifiesta la emoción que verdaderamente siente el personaje.
Una mujer oriental habla por celular y dice lamentar que despidieran a su compañero de trabajo mientras que a ella le dieron el ascenso, "que no esperaba". Al mismo tiempo sonríe. Se trata de una sonrisa asimétrica, en la que existe mayor elevación de las comisuras de un lado del rostro, una sonrisa dirigida hacia la propia persona que la produce, a manera de autoalabanza. Esta sonrisa, que expresa sensaciones de alegría egoísta, está en flagrante contradicción con el contenido del mensaje verbal.
Finalmente, vemos a un hombre que le pide a su amante más tiempo para dejar a la esposa, y al mismo tiempo eleva uno de sus hombros. El alzamiento de los hombros, que en las autodelaciones aparece en forma fragmentaria, significa: "No sé", "No me importa" o "Nada puedo hacer", y constituye un signo de desentendimiento, falta de deseo o impotencia. Nuevamente vemos la contradicción entre lo que el personaje declara con palabras y lo que expresa su lenguaje corporal.
DEL CAPITULO 2
El Dr. Ligthman va a buscar a la soldado prófuga a la casa de su padre. Cuando toca a la puerta y este lo atiende Ligthman le pregunta si su hija se encontraba allí, a lo que el padre responde que no. Al mismo tiempo produce un gesto revelador del que Ligthman se apercibe: un leve giro de la muñeca de su mano derecha que expone parcialmente la palma.
Este es un gesto típico que realizamos cuando mentimos y no nos identificamos completamente con ese aspecto de nuestra personalidad que acaba de engañar. Su origen es el llamado "emblema de impotencia", del cual el gesto analizado representa su manifestación fugaz y fragmentaria, característica de los "deslices gestuales" o "actos fallidos del cuerpo", que delatan las emociones que el emisor no puede reprimir. El significado de este gesto delator es: "No pude evitar mentir."
En otras palabras, el gesto de impotencia es una manifestación de culpa por mentir y una especie de disculpa por haber mentido. La reparación de esa culpa se produce a través de la autodelación. La parte consciente de la psiquis miente, pero el inconsciente se rebela y, valga el juego de palabras, revela la verdad.
¿Porque no sabemos detectar el engaño o las mentiras?
Paul Ekman, experto en el estudio de expresiones faciales, opina que hay 5 motivos por
los que no somos capaces de distinguir fácilmente las mentiras. Aunque algunos
podamos creer que tenemos facilidad en desenmascarar a un mentiroso, probablemente
nuestro ratio de aciertos no será mejor que decidiéndolo al azar. Peor aún, los
mentirosos dan sutiles pistas, que pueden ser identificadas en grabaciones de video,
pero que al parecer, tenemos una gran facilidad en ignorar.
Hay cinco razones por las que el Ser Humano no puede detectar un mentiroso con
facilidad, a mencionar:
• El primer motivo es un poco “darwinista” y tiene que ver con la evolución de la
especie. Paul opina que no hemos desarrollado habilidades para reconocer
mentiras ya que estas tuvieron muy poca relevancia en la evolución de la
especie. En ese entorno ancestral había muy pocas oportunidades de mentir en
temas de importancia. Se vivía sin privacidad y todo ocurría delante del resto de
los miembros de la tribu o poblado. Además estas sociedades se caracterizaban
por una total dependencia de los demás para cazar, defenderse, etc. Esto implica
tener que colaborar constantemente y poder confiar en los demás. Una mentira
descubierta podría haber significado el arrinconamiento o expulsión y una
muerte segura. Un alto precio.
• El segundo motivo tiene que ver con nuestra educación. Descartando el instinto
para reconocer mentiras, el desarrollo de esta habilidad tampoco forma parte de
nuestra educación. Ni nuestros padres se esfuerzan en agudizar nuestra
capacidad de desenmascaramiento ni consta esta materia en el temario de
nuestras escuelas.
• Tercer motivo: ¡No nos interesa descubrir las mentiras! Si supiésemos la
cantidad de veces que nos mienten, incluso por parte de personas de confianza y
cercanas, nos alegraríamos de nuestra capacidad para ignorarlas. Estar
constantemente dudando de los demás o una acusación falsa dificultarían
enormemente nuestra vida social. La confianza en los demás no es solo
necesaria sino que hace más fácil vivir.
• Cuarto: Muchas veces el “engañado” tiene tanto interés en creer la mentira como
el autor del engaño. “¿Cariño, quien era la chica mas guapa de la fiesta?”.
“Naturalmente, tu mi amor” contesta la pareja, tanto si es cierto como si no.
• Quinto y último: Estamos entrenados para ser educados en nuestra relación con
los demás y no apropiarnos de información que no nos ha sido dada. Que le
diríamos a un compañero en el trabajo si después de preguntarle cortésmente –
“Como estás hoy” – este nos contestara que se encuentra perfectamente y
pudiésemos leer en su cara que en realidad acaba de pelearse con su mujer
porque ha tenido un lío con la vecina? Socialmente es más sencillo ignorarlo y
seguirle la corriente. Dado que nuestro compañero no nos ha dado esa
información directamente, no nos es útil conocerla, no sería adecuado hacer
referencia a ella.
Paul cree, no obstante; que es posible detectar mentiras si se entrena la forma para
detectarlas. Por ejemplo, ante una situación de tensión o presión la persona tiene el
“síndrome de huida o de lucha”. Es aquí donde entra la importancia del lenguaje
corporal a través de la técnica de la kinesis para detectar patrones de conductas que
indican la probabilidad (alta, mediana o baja) de que el interlocutor está mintiendo. Es
importante recordar que los signos y síntomas de movimientos corporales se presentan
desde el inicio o ante una pregunta que causa presión y tensión en el entrevistado. Sin
embargo, dicha técnica no funciona con personas psicóticas, drogadas o menores de 15
años. Otro ejemplo, cuando un paciente dice “Me siento bien”, solo por sus palabras no
se puede saber si dice o no la verdad. A menudo, ya se sabe, decimos lo que queremos
que los demás crean. El lenguaje del cuerpo, en cambio, no puede engañar tan
fácilmente a un observador entrenado para tal fin. Nadie domina plenamente su cuerpo,
por ello, su leguaje corporal puede utilizarse como un recurso muy importante para
hipotetizar si el individuo nos está mintiendo. La mentira entra en acción como una
estrategia de afrontamiento de la realidad de la que deseamos obtener un beneficio o una
satisfacción. Decir una mentira, por ejemplo, crea un estado de tensión corporal que
reflejan indicios de las emociones que difícilmente puede controlar en su totalidad la
persona debido a varios factores que se irán enumerando a lo largo del artículo.
SIGNOS VERBALES
Los deslices verbales (lapsus inconscientes), contradicciones en descripción de detalles
específicos, frases como “esas preguntas no me hacen gracia”; responder a una
pregunta inexistente evadiendo la pregunta real. Quejas sobre el ambiente y sobre la
entrevista; cuando nos pidan que repitamos la pregunta; cuando nos responden con otra
pregunta; detenerse a la mitad de la oración; interrumpir; desviar el tema; disculparse
frecuentemente; apelar mucho a Dios o a la madre; abusar de los siguientes términos:
honestamente, francamente, de verdad, créame, que me caiga un rayo si no, etcétera.
El expresar “No” (verbal o no verbalmente) nos da características de posibles mentiras
de acuerdo a lo siguiente: si se acompaña de cerrar los ojos; si se expresa con énfasis y
se mueve la cabeza de un lado a otro; si se expresa titubeante, con duda y con demora;
si se expresa de manera suplicante; con inflexión de voz o con una mirada al vacío;
acompañado de mirada inquisidora; expresándose como si no fuera dirigida a él la
pregunta.
SIGNOS NO VERBALES
Según la PNL, si mira al lado superior derecho el individuo está construyendo, es decir,
cabe la posibilidad de que diga mentiras. Si parpadea demasiado (no confundir con un
tic), si desvía la mirada (no confundir con timidez), si baja la mirada (no confundir con
distracciones), si fija demasiado la mirada (no confundir con estrabismo), si se muestra
ansioso, afecto inapropiado, expresiones falsas de emociones (sonrisas falsas, depresión
falsa, etc.); si la persona se cubre el rostro consciente o inconscientemente con las
manos u algún objeto (máscara, lentes, tela, etc.); si la persona se coloca
deliberadamente de perfil; si la persona abandona la conversación intempestivamente;
largas pausas entre palabras; ritmo respiratorio excesivamente profundo o superficial;
tragar saliva o respirar en exceso como agitado, es una posible señal de mentira.
TIPOS DE MENTIRAS
Mentiras por ocultamiento, mentiras por falseamiento, despistar al otro reconociendo la
emoción propia pero atribuyéndola a una causa falsa, decir falsamente la verdad o
admitir la verdad pero de una manera tan exagerada o irónica que el destinatario se vea
desorientado o no reciba información alguna, el ocultamiento a medias de la verdad,
dejando de lado elementos decisivos, la evasiva por inferencia incorrecta o decir la
verdad pero de un modo que implique lo contrario de lo que es (ocultar verdaderos
sentimientos haciendo algo que desvíe la atención o que nos impida hablar);
exageración de la verdad para ridiculizar el descubrimiento del entrevistador.
TIPOS DE MENTIROSOS
Por trastornos de personalidad
Naturales: están al tanto de su aptitud, no menos que quienes los conocen bien. Desde
su infancia engañaron impunemente a sus padres, maestros y amigos cuando se les
antojó hacerlo; no sienten gran recelo de ser detectadas, todo lo contrario, confían en su
capacidad de engañar.
Antisociales: poseen encanto superficial, falta de remordimiento o de vergüenza,
egocentrismo patológico, incapacidad de amar, carencia de culpa o de conciencia moral,
falta de empatía, por ejemplo, uno de los impostores más grandes de todos los tiempos,
Frank Abagnale, quien se autodescribe magistralmente en el libro ¡Atrápenme si
pueden!, así como en la película ¡Atrápame si puedes! actuada por Leonardo Dicaprio y
Tom Hanks. Cabe mencionar que los individuos con personalidad antisocial son los más
difíciles de que se les detecten indicios de mentiras, empezando porque muchos de ellos
pasan desapercibidos de su condición.
Mitómanos: Los delirios no son mentiras conscientes, ejemplos de estos son los
celotípicos, los erotomaníacos, los fantaseosos, los narcisistas, los paranoicos, los
histéricos-histriónicos mienten de querer suicidarse, ya que en realidad sólo quieren
llamar la atención.
Psicóticos: Sus alucinaciones, aunque las creen reales, son contenidos del pensamiento
incongruentes y/o incoherentes con la realidad.
Conclusiones de la Investigación de Paul Ekman sobre el mentiroso y su capacidad de mentir.
El Dr. Paul Ekman, investigador y profesor de Psicología en la Universidad de
California, Estados Unidos, y asesor del departamento de defensa del FBI ha recogido
los cambios más significativos que se presentan en el organismo de un mentiroso
porque, por lo general, quienes faltan a la verdad no pueden controlar ni esconder todas
sus conductas:
1.-Sonrisas asimétricas. Una sonrisa falsa suele ser asimétrica, sólo intervienen en ella
una parte de los músculos de la boca y ninguno de los que rodean a los ojos: no se alzan
las mejillas ni descienden las cejas.
2.-Parpadeo incontrolado. Un mentiroso experto es capaz de mirar fijamente a las
personas pero muy posiblemente no será capaz de controlar el parpadeo, que es un
movimiento involuntario cuando se experimenta una emoción.
3.-Movimiento de los músculos de la frente. Cuando mienten, muchas personas
experimentan sentimientos de angustia, lo que provoca que las cejas se pongan en una
posición oblicua (más elevadas en el centro), haciendo la forma de una V invertida.
4.-Duración de las expresiones. Las expresiones faciales que duran más de cinco o
diez segundos suelen ser falsas. Por ejemplo, un gesto genuino de sorpresa apenas
supera las décimas de segundo.
5.-Alteración del ritmo. Cuando se está fingiendo, los gestos no acompañan a las
palabras, es decir, no hay congruencia. Por ejemplo, en un engaño verdadero los gestos
violentos aparecen antes de hablar, mientras que un mentiroso suele esperar a terminar
la frase para gesticular.
6.-Gestos controlados. Se utilizan menos gestos cuando hay inseguridad en lo que se
dice. La causa es que el mentiroso se da cuenta de que el movimiento nervioso puede
ser considerado un principio de engaño y, al final, es su ausencia el agente delator.
7.-Pupilas dilatadas y excesivo lagrimeo. Las pupilas se dilatan cuando hay excitación
o agrado, y se contraen cuando nos disgustamos; aunado a lo anterior, las lágrimas son
síntoma de satisfacción o irritación.
8.-Transpiración. La aparición de sudor es otro proceso es otro proceso regulado por el
sistema nervioso y, aunque muchas veces aparece como reacción ante el calor o el
esfuerzo excesivo, también puede ser consecuencia de una tensión emocional.
9.-Ruborización o palidez extrema. Los cambios producidos en el sistema nervioso
autónomo afectan a los vasos sanguíneos, de tal forma que aparece el rubor cuando se
está confundido o avergonzado y, la palidez cuando se tiene miedo a ser descubierto.
En conclusión, la capacidad que tiene el Ser Humano para mentir y sobre todo, para
evitar ser descubierto, en muchos casos es casi costumbre, y lo ven con normalidad, por
que su frase clave es “Si todos lo hacen, por que yo no”, otra puede ser, que no lo
hacen por gusto, sino que lo hacen por necesidad de trabajar, como cuando un vendedor
suele mentir sobre su producto, aunque no sea lo que se espera, pero lo hace contar de
vender para poder dar el rendimiento adecuado y evitar ser despedido o no comer, así de
sencillo. Otros por que es una patología en ellos; osea , los que mienten sin medir las
consecuencias de su mentira y que en muchos casos afecta a los que lo rodean.
Muy pronto...
Hay siete tipos de sonrisas
Ponernos una máscara es la mejor forma de ocultar una emoción y la mejor máscara es una emoción falsa que desconcierta y actúa como camuflaje. La máscara más utilizada es la sonrisa porque forma parte de los saludos convencionales, resulta agradable y se emplea en la mayoría de los intercambios sociales.
Los movimientos faciales de la sonrisa son sencillos. Para mostrar bienestar sólo tenemos que mover un músculo que podemos accionar voluntariamente, mientras que todas las restantes emociones requieren la puesta en marcha concertada de tres a cinco músculos. Sin embargo, la sonrisa no es siempre señal de una emoción positiva. Las personas sonríen cuando se sienten desdichadas.
Sincera. Dura más cuando los sentimientos positivos son muy intensos. Participa el músculo cigomático. Se elevan las mejillas y salen “patas de gallo”.
Amortiguada. Sentimientos positivos aunque disimulando la intensidad. Se aprietan los labios, salen “patas de gallo” y se estiran las comisuras de los labios.
Falsa. Su fin es camuflar, convencer al otro de que se siente una impresión positiva. Contradice la emoción interior. De todas, es la única sonrisa mentirosa.
Burlona. Llamada también “de Chaplin”. Poco corriente. Los labios se elevan en un ángulo muy pronunciado. Insolente, se alegra del mismo hecho de sonreír.
Desdeñosa. Contracción del músculo orbicular de los labios, protuberancia en torno a las comisuras y, a veces, hoyuelo. Se confunde con una auténtica.
Temerosa. No hay expresión positiva. El músculo risorio tira de los labios hacia las orejas y los labios quedan en posición rectangular.
Triste. Muestra emociones negativas sin querer ocultar la desdicha. Es asimétrica y prolongada. Habitualmente implica que la persona no va a quejarse.
Algunos Videos
link: http://www.videos-star.com/watch.php?video=EXm6YbXxSYk
link: http://www.videos-star.com/watch.php?video=PFqzYoKkCc
link: http://www.videos-star.com/watch.php?video=r-cmAEqsyJc
Saludos!!
Paul ekman, psicologo en el que se inspira la serie “lie to me”
En la serie de televisión “Lie to me” el protagonista es un experto en detección de mentiras a partir de la lectura de ciertos gestos faciales y actitudes corporales. Lejos de la ficción, el guión se basa en los trabajos que el psicólogo norteamericano Paul Ekman realiza desde hace casi 50 años. PERFIL habló con él acerca de su tarea y de sus sensaciones a la hora de ver su trabajo reflejado en la pantalla. Cómo hacer para desenmascarar a los mentirosos.
Ocurre que el trabajo de Lightman se inspira en los descubrimientos de Paul Ekman, un reconocido psicólogo norteamericano –de carne y hueso–, que desde hace casi 50 años intenta desentrañar la expresión y la fisiología de las emociones (creó el primer sistema para “leer” lo que dice un rostro más allá de las palabras) y que también se interesó por ahondar en qué hay detrás del engaño. PERFIL habló con él sobre sus investigaciones y para saber qué hay de cierto en las capacidades que despliega el actor Tim Roth en la ficción.
“El 80% de lo que se muestra en la serie se basa en estudios científicos que yo he realizado”, reconoció Ekman, quien además asesoró durante un tiempo a los guionistas y productores. Sin embargo, no se termina de identificar con el personaje central de Lie to me. “El es mucho más seguro de lo que yo alguna vez fui y resuelve los problemas mucho más rápido: en los apenas 42 minutos que dura un programa”, se rió. Y agregó: “Además, es mucho más arrogante que yo y no le importa mentirle a la gente con tal de obtener la verdad. Yo no estaría dispuesto a eso. Conozco al actor y me cae muy bien, pero lo cierto es que interpreta a alguien con una personalidad muy diferente a la mía”.
http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0397/articulo.php?art=16642&ed=0397
Nacido en i934, su fascinación por la expresión facial surgió a través de la fotografía. Armado con su cámara Argus C-3 cuando sólo era un niño, retrataba a los vecinos de su barrio, en la periferia de Nueva Jersey. “Quería comprender a la gente de una forma visual e intuitiva”, recuerda. “Mi familia era muy visceral, había mucha ira. Mi madre sufría trastorno bipolar y caía en frecuentes depresiones, y a mí me castigaban por decir lo que sentía. En muchas ocasiones mi madre se enfadaba porque me gustaba gesticular y me reprochaba que la cara se me iba a quedar deformada para siempre por tal motivo. Se suicidió cuando yo tenía i4 años. No vivió lo suficiente para ver que la movilidad de mi rostro se convertiría en una útil herramienta científica y que me ganaría la vida explorando esos gestos”.
Del CAPITULO 1
Un muchacho conversa con su novia y le dice cuánto le agradan sus futuros suegros y lo contento que está de pasar las vacaciones con ellos, mientras que al mismo tiempo hace un gesto facial de tristeza, que encubre con una sonrisa. El gesto de tristeza consiste en la elevación involuntaria de los extremos internos de las cejas, creando arrugas en el centro de la frente. En este caso, la manifestación de la tristeza contradice la alegría expresada con palabras (y con la sonrisa encubridora), y manifiesta la emoción que verdaderamente siente el personaje.
Una mujer oriental habla por celular y dice lamentar que despidieran a su compañero de trabajo mientras que a ella le dieron el ascenso, "que no esperaba". Al mismo tiempo sonríe. Se trata de una sonrisa asimétrica, en la que existe mayor elevación de las comisuras de un lado del rostro, una sonrisa dirigida hacia la propia persona que la produce, a manera de autoalabanza. Esta sonrisa, que expresa sensaciones de alegría egoísta, está en flagrante contradicción con el contenido del mensaje verbal.
Finalmente, vemos a un hombre que le pide a su amante más tiempo para dejar a la esposa, y al mismo tiempo eleva uno de sus hombros. El alzamiento de los hombros, que en las autodelaciones aparece en forma fragmentaria, significa: "No sé", "No me importa" o "Nada puedo hacer", y constituye un signo de desentendimiento, falta de deseo o impotencia. Nuevamente vemos la contradicción entre lo que el personaje declara con palabras y lo que expresa su lenguaje corporal.
DEL CAPITULO 2
El Dr. Ligthman va a buscar a la soldado prófuga a la casa de su padre. Cuando toca a la puerta y este lo atiende Ligthman le pregunta si su hija se encontraba allí, a lo que el padre responde que no. Al mismo tiempo produce un gesto revelador del que Ligthman se apercibe: un leve giro de la muñeca de su mano derecha que expone parcialmente la palma.
Este es un gesto típico que realizamos cuando mentimos y no nos identificamos completamente con ese aspecto de nuestra personalidad que acaba de engañar. Su origen es el llamado "emblema de impotencia", del cual el gesto analizado representa su manifestación fugaz y fragmentaria, característica de los "deslices gestuales" o "actos fallidos del cuerpo", que delatan las emociones que el emisor no puede reprimir. El significado de este gesto delator es: "No pude evitar mentir."
En otras palabras, el gesto de impotencia es una manifestación de culpa por mentir y una especie de disculpa por haber mentido. La reparación de esa culpa se produce a través de la autodelación. La parte consciente de la psiquis miente, pero el inconsciente se rebela y, valga el juego de palabras, revela la verdad.
¿Porque no sabemos detectar el engaño o las mentiras?
Paul Ekman, experto en el estudio de expresiones faciales, opina que hay 5 motivos por
los que no somos capaces de distinguir fácilmente las mentiras. Aunque algunos
podamos creer que tenemos facilidad en desenmascarar a un mentiroso, probablemente
nuestro ratio de aciertos no será mejor que decidiéndolo al azar. Peor aún, los
mentirosos dan sutiles pistas, que pueden ser identificadas en grabaciones de video,
pero que al parecer, tenemos una gran facilidad en ignorar.
Hay cinco razones por las que el Ser Humano no puede detectar un mentiroso con
facilidad, a mencionar:
• El primer motivo es un poco “darwinista” y tiene que ver con la evolución de la
especie. Paul opina que no hemos desarrollado habilidades para reconocer
mentiras ya que estas tuvieron muy poca relevancia en la evolución de la
especie. En ese entorno ancestral había muy pocas oportunidades de mentir en
temas de importancia. Se vivía sin privacidad y todo ocurría delante del resto de
los miembros de la tribu o poblado. Además estas sociedades se caracterizaban
por una total dependencia de los demás para cazar, defenderse, etc. Esto implica
tener que colaborar constantemente y poder confiar en los demás. Una mentira
descubierta podría haber significado el arrinconamiento o expulsión y una
muerte segura. Un alto precio.
• El segundo motivo tiene que ver con nuestra educación. Descartando el instinto
para reconocer mentiras, el desarrollo de esta habilidad tampoco forma parte de
nuestra educación. Ni nuestros padres se esfuerzan en agudizar nuestra
capacidad de desenmascaramiento ni consta esta materia en el temario de
nuestras escuelas.
• Tercer motivo: ¡No nos interesa descubrir las mentiras! Si supiésemos la
cantidad de veces que nos mienten, incluso por parte de personas de confianza y
cercanas, nos alegraríamos de nuestra capacidad para ignorarlas. Estar
constantemente dudando de los demás o una acusación falsa dificultarían
enormemente nuestra vida social. La confianza en los demás no es solo
necesaria sino que hace más fácil vivir.
• Cuarto: Muchas veces el “engañado” tiene tanto interés en creer la mentira como
el autor del engaño. “¿Cariño, quien era la chica mas guapa de la fiesta?”.
“Naturalmente, tu mi amor” contesta la pareja, tanto si es cierto como si no.
• Quinto y último: Estamos entrenados para ser educados en nuestra relación con
los demás y no apropiarnos de información que no nos ha sido dada. Que le
diríamos a un compañero en el trabajo si después de preguntarle cortésmente –
“Como estás hoy” – este nos contestara que se encuentra perfectamente y
pudiésemos leer en su cara que en realidad acaba de pelearse con su mujer
porque ha tenido un lío con la vecina? Socialmente es más sencillo ignorarlo y
seguirle la corriente. Dado que nuestro compañero no nos ha dado esa
información directamente, no nos es útil conocerla, no sería adecuado hacer
referencia a ella.
Paul cree, no obstante; que es posible detectar mentiras si se entrena la forma para
detectarlas. Por ejemplo, ante una situación de tensión o presión la persona tiene el
“síndrome de huida o de lucha”. Es aquí donde entra la importancia del lenguaje
corporal a través de la técnica de la kinesis para detectar patrones de conductas que
indican la probabilidad (alta, mediana o baja) de que el interlocutor está mintiendo. Es
importante recordar que los signos y síntomas de movimientos corporales se presentan
desde el inicio o ante una pregunta que causa presión y tensión en el entrevistado. Sin
embargo, dicha técnica no funciona con personas psicóticas, drogadas o menores de 15
años. Otro ejemplo, cuando un paciente dice “Me siento bien”, solo por sus palabras no
se puede saber si dice o no la verdad. A menudo, ya se sabe, decimos lo que queremos
que los demás crean. El lenguaje del cuerpo, en cambio, no puede engañar tan
fácilmente a un observador entrenado para tal fin. Nadie domina plenamente su cuerpo,
por ello, su leguaje corporal puede utilizarse como un recurso muy importante para
hipotetizar si el individuo nos está mintiendo. La mentira entra en acción como una
estrategia de afrontamiento de la realidad de la que deseamos obtener un beneficio o una
satisfacción. Decir una mentira, por ejemplo, crea un estado de tensión corporal que
reflejan indicios de las emociones que difícilmente puede controlar en su totalidad la
persona debido a varios factores que se irán enumerando a lo largo del artículo.
SIGNOS VERBALES
Los deslices verbales (lapsus inconscientes), contradicciones en descripción de detalles
específicos, frases como “esas preguntas no me hacen gracia”; responder a una
pregunta inexistente evadiendo la pregunta real. Quejas sobre el ambiente y sobre la
entrevista; cuando nos pidan que repitamos la pregunta; cuando nos responden con otra
pregunta; detenerse a la mitad de la oración; interrumpir; desviar el tema; disculparse
frecuentemente; apelar mucho a Dios o a la madre; abusar de los siguientes términos:
honestamente, francamente, de verdad, créame, que me caiga un rayo si no, etcétera.
El expresar “No” (verbal o no verbalmente) nos da características de posibles mentiras
de acuerdo a lo siguiente: si se acompaña de cerrar los ojos; si se expresa con énfasis y
se mueve la cabeza de un lado a otro; si se expresa titubeante, con duda y con demora;
si se expresa de manera suplicante; con inflexión de voz o con una mirada al vacío;
acompañado de mirada inquisidora; expresándose como si no fuera dirigida a él la
pregunta.
SIGNOS NO VERBALES
Según la PNL, si mira al lado superior derecho el individuo está construyendo, es decir,
cabe la posibilidad de que diga mentiras. Si parpadea demasiado (no confundir con un
tic), si desvía la mirada (no confundir con timidez), si baja la mirada (no confundir con
distracciones), si fija demasiado la mirada (no confundir con estrabismo), si se muestra
ansioso, afecto inapropiado, expresiones falsas de emociones (sonrisas falsas, depresión
falsa, etc.); si la persona se cubre el rostro consciente o inconscientemente con las
manos u algún objeto (máscara, lentes, tela, etc.); si la persona se coloca
deliberadamente de perfil; si la persona abandona la conversación intempestivamente;
largas pausas entre palabras; ritmo respiratorio excesivamente profundo o superficial;
tragar saliva o respirar en exceso como agitado, es una posible señal de mentira.
TIPOS DE MENTIRAS
Mentiras por ocultamiento, mentiras por falseamiento, despistar al otro reconociendo la
emoción propia pero atribuyéndola a una causa falsa, decir falsamente la verdad o
admitir la verdad pero de una manera tan exagerada o irónica que el destinatario se vea
desorientado o no reciba información alguna, el ocultamiento a medias de la verdad,
dejando de lado elementos decisivos, la evasiva por inferencia incorrecta o decir la
verdad pero de un modo que implique lo contrario de lo que es (ocultar verdaderos
sentimientos haciendo algo que desvíe la atención o que nos impida hablar);
exageración de la verdad para ridiculizar el descubrimiento del entrevistador.
TIPOS DE MENTIROSOS
Por trastornos de personalidad
Naturales: están al tanto de su aptitud, no menos que quienes los conocen bien. Desde
su infancia engañaron impunemente a sus padres, maestros y amigos cuando se les
antojó hacerlo; no sienten gran recelo de ser detectadas, todo lo contrario, confían en su
capacidad de engañar.
Antisociales: poseen encanto superficial, falta de remordimiento o de vergüenza,
egocentrismo patológico, incapacidad de amar, carencia de culpa o de conciencia moral,
falta de empatía, por ejemplo, uno de los impostores más grandes de todos los tiempos,
Frank Abagnale, quien se autodescribe magistralmente en el libro ¡Atrápenme si
pueden!, así como en la película ¡Atrápame si puedes! actuada por Leonardo Dicaprio y
Tom Hanks. Cabe mencionar que los individuos con personalidad antisocial son los más
difíciles de que se les detecten indicios de mentiras, empezando porque muchos de ellos
pasan desapercibidos de su condición.
Mitómanos: Los delirios no son mentiras conscientes, ejemplos de estos son los
celotípicos, los erotomaníacos, los fantaseosos, los narcisistas, los paranoicos, los
histéricos-histriónicos mienten de querer suicidarse, ya que en realidad sólo quieren
llamar la atención.
Psicóticos: Sus alucinaciones, aunque las creen reales, son contenidos del pensamiento
incongruentes y/o incoherentes con la realidad.
Conclusiones de la Investigación de Paul Ekman sobre el mentiroso y su capacidad de mentir.
El Dr. Paul Ekman, investigador y profesor de Psicología en la Universidad de
California, Estados Unidos, y asesor del departamento de defensa del FBI ha recogido
los cambios más significativos que se presentan en el organismo de un mentiroso
porque, por lo general, quienes faltan a la verdad no pueden controlar ni esconder todas
sus conductas:
1.-Sonrisas asimétricas. Una sonrisa falsa suele ser asimétrica, sólo intervienen en ella
una parte de los músculos de la boca y ninguno de los que rodean a los ojos: no se alzan
las mejillas ni descienden las cejas.
2.-Parpadeo incontrolado. Un mentiroso experto es capaz de mirar fijamente a las
personas pero muy posiblemente no será capaz de controlar el parpadeo, que es un
movimiento involuntario cuando se experimenta una emoción.
3.-Movimiento de los músculos de la frente. Cuando mienten, muchas personas
experimentan sentimientos de angustia, lo que provoca que las cejas se pongan en una
posición oblicua (más elevadas en el centro), haciendo la forma de una V invertida.
4.-Duración de las expresiones. Las expresiones faciales que duran más de cinco o
diez segundos suelen ser falsas. Por ejemplo, un gesto genuino de sorpresa apenas
supera las décimas de segundo.
5.-Alteración del ritmo. Cuando se está fingiendo, los gestos no acompañan a las
palabras, es decir, no hay congruencia. Por ejemplo, en un engaño verdadero los gestos
violentos aparecen antes de hablar, mientras que un mentiroso suele esperar a terminar
la frase para gesticular.
6.-Gestos controlados. Se utilizan menos gestos cuando hay inseguridad en lo que se
dice. La causa es que el mentiroso se da cuenta de que el movimiento nervioso puede
ser considerado un principio de engaño y, al final, es su ausencia el agente delator.
7.-Pupilas dilatadas y excesivo lagrimeo. Las pupilas se dilatan cuando hay excitación
o agrado, y se contraen cuando nos disgustamos; aunado a lo anterior, las lágrimas son
síntoma de satisfacción o irritación.
8.-Transpiración. La aparición de sudor es otro proceso es otro proceso regulado por el
sistema nervioso y, aunque muchas veces aparece como reacción ante el calor o el
esfuerzo excesivo, también puede ser consecuencia de una tensión emocional.
9.-Ruborización o palidez extrema. Los cambios producidos en el sistema nervioso
autónomo afectan a los vasos sanguíneos, de tal forma que aparece el rubor cuando se
está confundido o avergonzado y, la palidez cuando se tiene miedo a ser descubierto.
En conclusión, la capacidad que tiene el Ser Humano para mentir y sobre todo, para
evitar ser descubierto, en muchos casos es casi costumbre, y lo ven con normalidad, por
que su frase clave es “Si todos lo hacen, por que yo no”, otra puede ser, que no lo
hacen por gusto, sino que lo hacen por necesidad de trabajar, como cuando un vendedor
suele mentir sobre su producto, aunque no sea lo que se espera, pero lo hace contar de
vender para poder dar el rendimiento adecuado y evitar ser despedido o no comer, así de
sencillo. Otros por que es una patología en ellos; osea , los que mienten sin medir las
consecuencias de su mentira y que en muchos casos afecta a los que lo rodean.
Muy pronto...
Hay siete tipos de sonrisas
Ponernos una máscara es la mejor forma de ocultar una emoción y la mejor máscara es una emoción falsa que desconcierta y actúa como camuflaje. La máscara más utilizada es la sonrisa porque forma parte de los saludos convencionales, resulta agradable y se emplea en la mayoría de los intercambios sociales.
Los movimientos faciales de la sonrisa son sencillos. Para mostrar bienestar sólo tenemos que mover un músculo que podemos accionar voluntariamente, mientras que todas las restantes emociones requieren la puesta en marcha concertada de tres a cinco músculos. Sin embargo, la sonrisa no es siempre señal de una emoción positiva. Las personas sonríen cuando se sienten desdichadas.
Sincera. Dura más cuando los sentimientos positivos son muy intensos. Participa el músculo cigomático. Se elevan las mejillas y salen “patas de gallo”.
Amortiguada. Sentimientos positivos aunque disimulando la intensidad. Se aprietan los labios, salen “patas de gallo” y se estiran las comisuras de los labios.
Falsa. Su fin es camuflar, convencer al otro de que se siente una impresión positiva. Contradice la emoción interior. De todas, es la única sonrisa mentirosa.
Burlona. Llamada también “de Chaplin”. Poco corriente. Los labios se elevan en un ángulo muy pronunciado. Insolente, se alegra del mismo hecho de sonreír.
Desdeñosa. Contracción del músculo orbicular de los labios, protuberancia en torno a las comisuras y, a veces, hoyuelo. Se confunde con una auténtica.
Temerosa. No hay expresión positiva. El músculo risorio tira de los labios hacia las orejas y los labios quedan en posición rectangular.
Triste. Muestra emociones negativas sin querer ocultar la desdicha. Es asimétrica y prolongada. Habitualmente implica que la persona no va a quejarse.
Algunos Videos
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Saludos!!